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 El Coste de la Propiedad en Internet

 

 ¿Haría un anuncio para televisión con su cámara de video doméstica?

Probablemente, no. Normalmente contratará los servicios de una Agencia de Publicidad que analizará las características de su empresa y su producto, le propondrá una línea de comunicación adecuada a su público objetivo, la integrará con el resto de las acciones de marketing de su empresa, le presentará un storyboard con las características técnicas y de comunicación del anuncio, dirigirá la producción del anuncio, contratará el espacio publicitario en las cadenas de televisión basándose en sus datos de audiencia y, por último, realizará el seguimiento de los resultados de la campaña.

Usted sabe que cuando plantea una campaña en televisión se juega mucho. La imagen de su empresa y la de su producto va ser contemplada por miles, posiblemente por millones de personas. Y no puede fallar.

Ello exige una importante inversión. Invertirá en contratar a una Agencia de Publicidad solvente y de reconocido prestigio. Invertirá en la producción del anuncio basándose en los estándares aceptados por las televisiones en cuanto a formatos, etc., e invertirá, también, en la contratación del espacio publicitario y en el seguimiento de la campaña.

Ahora, traslade la misma cuestión a Internet.

 ¿Haría unas páginas Web con su procesador de textos favorito?

Promocionar una empresa o un producto en Internet es, salvando las distancias entre ambos medios, un proceso de características similares al anteriormente descrito. Para establecer su web corporativo debiera acudir a una Agencia especializada en este medio, teniendo en cuenta que muchas de las Agencias de Publicidad actuales que realizan campañas convencionales no siempre están preparadas para proponer las mejores soluciones. Es preferible que elija una Agencia especializada en Internet.

Al igual que en el caso anterior, la Agencia le propondrá una línea de comunicación adecuada a su público objetivo pero teniendo en cuenta las peculiaridades de Internet y los perfiles de las personas que están conectadas. También la integrará con el resto de acciones de marketing ya que Internet es un recurso o herramienta más. Le propondrá un diseño del sitio Web y dirigirá su producción. Podrá incluso contratar el espacio para albergar sus páginas, basándose en las especificaciones técnicas del proveedor de hospedaje y de las páginas Web. Por último, realizará la promoción de las páginas y el seguimiento de los visitantes.

Usted debiera saber que cuando plantea la creación de un Web corporativo se juega mucho. La imagen de su empresa y la de su producto va ser contemplada por miles, posiblemente por millones de personas, incluso más que en televisión. Y aquí, tampoco puede fallar.

Como consecuencia, invertirá en contratar a una Agencia especializada, invertirá en la producción del sitio Web, invertirá en su hospedaje, invertirá en el mantenimiento y actualización de las páginas e invertirá en el seguimiento de las visitas.

Y estas inversiones suelen superar las primeras estimaciones. Pero, ¿de cuánto estamos hablando?

 Primer objetivo: Eficacia

Un sitio Web no es cualquier cosa. Actualmente existe una cierta tendencia a banalizar Internet por la supuesta facilidad en la publicación de contenidos y por el concepto de que Internet es barato. ¿Barato? ¿respecto a qué? Además, las generosas cifras que se manejan en Internet en términos de internautas, globalización de mercados y otros conceptos similares provocan que se preste mayor atención a los conceptos cuantitativos, muchas veces expresados en conseguir el mayor número de visitas a una página, que en conceptos cualitativos, expresados en conseguir que los visitantes de nuestras páginas sean sensibles a la información que hay en ellas.

Hoy se considera que desarrollar una página Web es algo simple. La mayoría de las aplicaciones utilizadas en los ambientes empresariales son capaces de transformar los documentos para que puedan ser publicados en Internet. Desde su procesador de textos podrá crear una página y exportarla al formato HTML, el estándar en Internet, con solo un click de ratón. Pero, ¿se ha planteado si esa página cubre las expectativas de su audiencia? ¿Tiene suficiente calidad técnica y estética para hacerla visible a miles o millones de personas? ¿Acaba aquí el proceso? En definitiva, ¿son eficaces?

Posiblemente desarrollar una campaña en Internet sea menos costosa que realizarla en televisión, pero debemos tener en cuenta que ni el medio ni la audiencia son equiparables, y mucho menos sus resultados. Internet tiene una serie de características fundamentales que la diferencian de otros medios.

La más importante es la interactividad, consistente en la capacidad que tiene el visitante de recibir la información tal y como la desea, tanto en el espacio como en el tiempo. La comunicación bidireccional que se establece en Internet es patrimonio exclusivo de este medio y ningún otro medio publicitario la consigue.

El acceso a una página es un acto voluntario. Se visita una página porque se espera encontrar allí la información que se busca. Esta característica, junto con la anterior, hace que el estado psicológico del visitante sea el más favorable para promocionar un producto.

El control de los impactos es más estricto que en cualquier otro medio. Cuando publicamos un anuncio en un periódico podemos saber cuántos ejemplares se han tirado ese día. Además, sabemos que el número de lectores suele ser superior al de ejemplares tirados. Pero, realmente ¿cuántas personas han visto el anuncio? Algo parecido ocurre en televisión. Sabemos que a determinada hora y en un determinado canal hay una audiencia. Pero, ¿estamos seguros que esa audiencia ha visto nuestro anuncio? En Internet sabemos cuantas personas visitan nuestras páginas, con qué frecuencia lo hacen, cuales son las rutas que siguen dentro de nuestro Web, de dónde han llegando, por dónde se van, a qué hora nos visitaron y qué día de la semana, ofreciendo una información en tiempo real del impacto que causa nuestra información.

Todas estas características y algunas más hacen que Internet sea un medio eficaz de comunicación. Pero la eficacia está condicionada también por otros factores.

El primero de estos factores es la calidad de la información. Si queremos que mucha gente visite nuestras páginas pero, sobre todo, que las visitas se sientan atraídas por la información que en ellas hay debemos dar una gran relevancia a los contenidos buscando por una parte la calidad y por otra la actualidad. Unas páginas que contienen una información de escasa calidad difícilmente serán visitadas. Además, la calidad las informaciones se suele deteriorar con el paso del tiempo, por lo que se debe actualizar con mayor o menor frecuencia dependiendo del tipo de información y de las características de los visitantes.

En definitiva, el primer objetivo que debemos asumir es el de eficacia y, estrechamente vinculado a él, se generará una importante estructura de costes que describiremos a continuación.

 El coste de la decisión

El hecho de mantener una presencia en Internet es una de las decisiones que más afectan a la cultura de la empresa. Internet es un nuevo enfoque en la forma de hacer negocios e incide directamente en el modo en que nos contemplan aquellos agentes que, aunque no pertenecen directamente a la empresa, están vinculados a ella. Estos factores son los clientes, los proveedores, la Administración, los potenciales inversores, los potenciales trabajadores, etc., por lo que habrá que ajustar la comunicación a cada uno de ellos.

La relativa juventud de Internet hace que, a pesar de ser el medio de moda, exista un cierto desconocimiento de su utilidad y su manejo. Por tanto, antes de acometer el proyecto de implantación en Internet, es conveniente informar a todos los niveles de la empresa de esta intención, destacando las ventajas de este medio y sus implicaciones en la nueva forma de hacer negocios. Aquí se generan los primeros costes en horas de preparación de esta información y su distribución, costes que varían en función del tamaño y tipo de empresa.

El siguiente coste que habrá que asumir incide en la adquisición del conocimiento del medio, principalmente por parte de aquellas personas que van a estar directamente implicadas en la gestión del mismo y en fomentar la interactividad. Habrá que invertir en la formación de estas personas, en la adecuación del equipo informático necesario para conectarse a Internet y en la contratación de accesos a esta red. También estos costes son variables y dependerán de las características de cada empresa.

Una vez adquirido el adiestramiento adecuado para comprender Internet, el siguiente coste que se plantea es el del análisis de la competencia. Ninguna estrategia de marketing está completa sin un minucioso análisis de los competidores. Cuáles son sus objetivos de comunicación en Internet, cómo los cumplen, cuáles son sus recursos técnicos y otras, son preguntas a las que habrá que dar respuesta. Este análisis puede ser realizado por la propia empresa, en el caso de que disponga de los conocimientos necesarios para la correcta evaluación de los conceptos anteriormente citados, pero suele ser preferible que sea realizado por empresas con mayor experiencia en el medio en estrecha colaboración con el equipo propio encargado de la implantación en Internet. Los costes de esta fase son variables en función del número de competidores y las horas necesarias para realizar dichos análisis.

 Los costes de la implantación

Conocido el medio, habiendo formado a las personas adecuadas y sabiendo qué hace la competencia, llega el momento de crear nuestro sitio Web. Los costes de implantación se pueden distribuir en las siguientes categorías:

El coste del diseño de la estrategia de comunicación

En un primer paso debemos establecer nuestros objetivos de comunicación, analizar el perfil de los visitantes de Internet y adecuar nuestra comunicación al medio y a los potenciales visitantes. Es muy importante tener en cuenta que no sólo nos van a visitar potenciales clientes. Tenemos un escaparate abierto al mundo y seremos el objeto de las miradas de proveedores, periodistas, inversores, competidores, potenciales trabajadores, etc., por lo que, si queremos causar una buena impresión a cada uno de ellos, deberemos adecuar la comunicación a cada uno de ellos. Aunque en muchos casos la empresa tiene perfectamente definidos sus objetivos de comunicación, es conveniente contar con expertos en el medio. Internet tiene sus formas, sus ventajas y sus limitaciones, que hay que conocer. Incluso existe la llamada netiqueta, un conjunto de reglas más o menos escritas pero que condicionan la comunicación en Internet. Y nuevamente se generarán unos costes en horas de consultoría.

En muchas ocasiones, Internet habrá de cumplir objetivos relacionados con la utilización de otros recursos de comunicación. En el nivel más bajo, se incurrirá en costes al tener que añadir las direcciones de Internet (página web, correo electrónico, etc.) en los elementos de papelería de la empresa: cartas, tarjetas e, incluso, en el packaging del producto. Otras veces se integrará en campañas en medios convencionales como medio de respuesta a una promoción, a un mailing o a un anuncio en televisión.

Los costes de la creación y edición de contenidos

A partir de aquí habrá que crear la estructura del Web y el diseño de las páginas. Ambos están condicionados por los objetivos de comunicación y pueden ser más o menos complejos. Salvo que en la empresa exista un equipo adiestrado en la creación de sitios Web formado normalmente por un responsable de Comunicación, un diseñador gráfico con experiencia en Internet y un programador de Internet, el desarrollo de las páginas habrá de ser subcontratado a una empresa que reúna los recursos técnicos y humanos para completar esta tarea.

En esta fase interviene uno de los costes mayores y que muy pocas veces es considerado por las empresas: el coste de los contenidos. Muchas veces se considera que una página Web es una versión digital de un catálogo o de una publicación de la empresa puesta en Internet y la dificultad mayor que contempla la empresa es la codificación de dicha página en HTML u otro estándar de Internet. No debemos olvidar que una página Web tiene dos componentes igualmente importantes: los contenidos, ya sean en forma de textos, imágenes, elementos "multimedia" o elementos interactivos, que constituyen la comunicación, y el continente, es decir, todos aquellos recursos tecnológicos que van a sustentar dicha comunicación.

Desde el punto de vista de la eficacia, la calidad de la información es muy importante y la información de calidad suele implicar unos costes elevados. No menos importante es la no calidad de la información, que también tiene un coste importante aunque suele ser más difícil de medir. No debemos olvidar que Internet es un medio abierto y un error en la comunicación puede tener consecuencias no deseadas para la empresa.

El visitante de nuestras páginas, antes que cualquiera de nuestros productos, busca información. Cuanto mejor sea esa información, antes le llevaremos a interesarse por nuestro producto. Tengamos en cuenta que la mayoría de los internautas se guían por dos conceptos para seleccionar las páginas que visitan con frecuencia: la gratuidad y la utilidad.

Salvo casos excepcionales, pocos internautas están dispuestos a pagar por la información que hay en Internet. Un caso típico son los periódicos cuyas ediciones electrónicas son gratuitas mientras que las ediciones convencionales siguen siendo de pago y, sin embargo, la calidad de la información suele ser igual, con una cierta ventaja en cuanto a las ediciones electrónicas dado que pueden actualizarse casi al tiempo que se produce la noticia. Estos medios tienen que buscar la rentabilidad por otros caminos.

Las páginas más visitadas son las que hacen cosas, las que contienen determinados tipos de información, las que permiten bajarse los últimos drivers para ese dispositivo, etc. La comunidad de Internet cada vez se vuelve más selectiva en cuanto a sus intereses y no podemos pensar que alguien visitará las páginas al azar. Pensemos que la persona que visita nuestras páginas está haciendo una inversión en tiempo y en dinero. No le defraudemos. Tendrá que llegar a un equilibrio entre la calidad del contenido y del continente. De nada le valdrá una página con un bonito diseño si la información que contiene es de escaso valor o está caducada.

Habrá que hacer un esfuerzo para adecuar la calidad de los contenidos y este esfuerzo habrá que considerarlo tanto al nivel de los recursos humanos (¿quién habrá de recopilar esa información?), como de los económicos. Suponga que va a necesitar una foto especial para la página o que un líder de opinión redacte unos textos para promocionar determinado producto. En ambos casos tendrá que recurrir a un estudio fotográfico o al líder de opinión y pagarle por su trabajo.

Centrados ya en el proceso de elaboración de las páginas, el coste de producción por página es variable en función del tipo y número de gráficos que lleve y de la complejidad de su programación. Las páginas Web pueden estar enlazadas a bases de datos o sistemas de pago vía Internet. Además pueden incluir pequeños programas que cumplen determinadas funciones. La mayor parte de las empresas que producen páginas cobran suplementos por los enlaces a bases de datos, por las rutinas de programación que incorporan o por los efectos multimedia que incluyen. Todas estas aportaciones a las páginas pueden encarecer enormemente el proyecto.

Los costes del registro del Nombre de Dominio

Cuando las empresas se crean su nombre es registrado en el Registro Mercantil, adquiriendo una serie de derechos sobre la propiedad de dicho nombre. En Internet ocurre algo similar: debemos darle un nombre a las páginas, bajo el cual serán conocidas, y este nombre pasará a ser propiedad de la empresa mientras ésta pague las cuotas de mantenimiento. A este nombre se le conoce como Nombre de Dominio y adquiere la forma de nombre-empresa.extensión. Existen dos tipos de Nombres de Dominios, los gnéricos cuya extensión es ".com", ".org", ".net", etc., y los locales, cuya extensión para el caso de España es ".es". Estos Nombres de Dominio son otorgados por entidades autorizadas para hacerlo, en el caso de los internacionales por InterNIC y en el caso de los españoles por ES-NIC, previa solicitud y pago de una cuota de alta. Periódicamente hay que abonar una cuota de mantenimiento. La cuota de mantenimiento se abona cada año o cada dos años, y supone aproximadamente la mitad de la cuota de alta.

Los costes del hospedaje

Las páginas, una vez creadas, han de ser publicadas. Para ello existen dos alternativas: la implantación de un servidor propio conectado a Internet o el alquiler del espacio en alguna de las múltiples empresas que ofrecen el alojamiento de páginas, llamadas ISP (Internet Service Provider).

Internet funciona 24 horas al día, 365 días al año. Esto quiere decir que en cualquier momento alguien puede visitar nuestras páginas y ¿qué pasaría si no estuvieran disponibles por cualquier motivo?, o bien ¿puede permitirse su empresa no atender a un potencial cliente? Las dos alternativas propuestas han de tener en consideración este hecho.

En el caso de la instalación de un servidor propio debe considerar que, además de los costes del equipamiento informático y accesorios, tendrá que considerar los costes de administración y los costes de alquiler de la línea de comunicaciones que le permitirá estar conectado a Internet las 24 horas del día. Los costes del equipamiento informático se pueden traducir en la adquisición de dos servidores para crear un sistema redundante de modo que, si uno se avería, el otro pueda cumplir sus funciones, los routers y otro hardware de comunicaciones, y el software (sistemas operativos, firewalls y otros programas). En los costes de administración tendrá que contemplar la contratación, si no los tiene ya, de tres técnicos, administradores, de sistemas que trabajarán a tres turnos, incluidos los fines de semana. También, tendrá que contratar con una de las empresas suministradoras de enlaces telemáticos una línea de acceso a Internet. Por último, tendrá que asegurarse que su local cumple con las condiciones de seguridad adecuadas en cuanto a la preservación de la información y al mantenimiento de la actividad de los equipos (sistema de climatización, generadores autónomos, etc.).

En el caso de optar por una empresa que ofrezca alojamiento de páginas, encontrará una reducción sensible de la inversión, ya que los gastos generales del mantenimiento de instalaciones y personal se reparten entre varias empresas que hospedan allí sus páginas. Ahora bien, tendrá que hacer una buena selección de esta empresa.

En la actualidad existen en España unas 500 empresas que ofrecen este tipo de servicios, más que en el resto de la Unión Europea. Ello hace que la selección del ISP sea una tarea compleja.

Además, si sus páginas Web enlazan con bases de datos, tendrá que asegurarse que el sistema soporta dichas bases de datos, o si utiliza un medio de pago por Internet para su tienda, que este funciona correctamente en el sistema y si utiliza un servidor seguro con certificación electrónica. Si transmite vídeo o sonido por Internet, el sistema tendrá que hacer uso de los servidores adecuados para estos recursos multimedia.

Dentro de este proceso de selección, tendrá que considerar también, por supuesto, el coste del servicio. Dada la amplia oferta existente, los costes del alojamiento varían enormemente de un proveedor a otro. Normalmente se establece un contrato, siendo los pagos del servicio de carácter mensual o anual. Algunos proveedores cobran una cuota de alta.

 Los costes de la promoción

Y llegó el gran día: por fin las páginas están hospedadas en el servidor y se ha verificado su correcto funcionamiento. ¿Qué queda por hacer?

En Internet hay varios millones de páginas. Entonces, ¿cómo me van a encontrar mis potenciales visitantes? Pues, haciendo promoción.

Hay dos formas de hacer promoción de las páginas de Internet: externa e interna. La promoción externa consiste en utilizar recursos ajenos a Internet para promocionar las páginas. Ya mencionamos alguno de ellos anteriormente. En primer lugar la papelería de la empresa, las cartas, tarjetas, facturas y todos aquellos documentos impresos que estén relacionados con la empresa, incluyendo los anuncios en prensa. Pero también hay otras formas, por ejemplo, la redacción de notas de prensa y su envío a los medios de comunicación, principalmente a aquellos vinculados con la actividad de la empresa, o la inclusión de la dirección de Internet en nuestra campaña en televisión o en las cuñas de radio. Evidentemente, todo ello comporta un coste, tanto al nivel de la elaboración de la información como de su difusión.

La promoción interna utilizará los recursos propios de Internet. El más popular es el alta en buscadores. Este es un procedimiento que afecta tanto a la estructura técnica de las páginas como a la acción de dar de alta en sí misma. Aunque existen muchos sistemas para dar de alta automáticamente las páginas en multitud de buscadores, la experiencia dicta que si se quiere lograr un mejor resultado, este proceso debe hacerse manualmente, buscador por buscador y adaptándose a las características de cada uno de ellos. El proceso es largo y tedioso, y en ocasiones requiere de una cierta destreza y conocimientos sobre la forma de operar de cada buscador. Este proceso suele ser subcontratado y tiene un coste que depende del número de buscadores en los que se desea aparecer.

También en relación con los buscadores, se pueden contratar determinadas palabras clave que, al ser introducidas por el internauta, permitan situar las páginas en las primeras posiciones del buscador. El coste de este servicio depende de cada buscador.

Otra forma de promoción en Internet son los banners o banderolas, unos gráficos que colocados en páginas ajenas, ofrecen una información y un enlace a las propias. Son la forma más popular de hacer publicidad en Internet y equivaldrían a los anuncios en televisión. Los banners se suelen colocar en páginas que reciben numerosas visitas ya que tienen una gran importancia para los internautas. Los buscadores, las ediciones electrónicas de los principales periódicos y otras similares, reciben miles de visitas diarias y son los lugares preferidos para la colocación de estos banners. Además, las características de Internet permiten segmentar la audiencia con bastante precisión. Las páginas que ofrecen espacio publicitarios tienen perfiles de sus visitantes y en todo momento podremos controlar cuántas veces se muestra nuestro banner (se imprime, en términos técnicos) y cuántas veces es pulsado para acceder a nuestras páginas. El coste depende de las tarifas de cada página que ofrece este tipo de espacios y que, en último lugar, va a depender del número y calidad de las visitas que reciba. Aunque cada página tiene sus normas de tarificación, generalmente se emplea una unidad que son las impresiones por millar, es decir, un precio por cada mil visitantes. En función de la actividad de la empresa se podrán seleccionar aquellos lugares más idóneos para colocar estos banners.

El intercambio de enlaces es uno de los mejores medios de promoción. Cuando alguien coloca un enlace desde sus páginas a las nuestra, de alguna forma está haciendo una recomendación para visitar nuestras páginas, y se convierte en un prescriptor. No es fácil que los responsables de sitios Web (los webmaster) acepten colocar un enlace a nuestras páginas, sobre todo si tienen un gran contenido comercial y poca utilidad. Normalmente, este tipo de gestión se realiza por intercambio: pondrán un enlace a nuestras páginas si nosotros correspondemos con otro tanto. En cualquier caso, hay que evaluar cuidadosamente a quién se le ofrece esta posibilidad o perderemos el tiempo. Existen empresas que se dedican a la negociación de estos intercambios, lo que da una idea del valor que pueden tener para la promoción de un sitio Web. Aunque el intercambio en sí suele ser gratuito, las gestiones realizadas a través de estas empresas tienen un coste.

Otra forma de promoción es la participación en foros de debate y chats. Estos son servicios de Internet que permiten la comunicación directa entre internautas, bien en grupo o a escala individual, y que están dedicados generalmente a un tema concreto. En este tipo de servicios suele estar prohibido el hacer publicidad. Sin embargo, con un poco de habilidad, es posible atraer visitantes a nuestras páginas. Los costes de esta forma de promoción están relacionados con la elaboración de la estrategia, los costes del personal encargado de ejecutarla y los derivados del tiempo de conexión a Internet.

Al igual que ocurría con la impresión en la papelería de las direcciones de Internet, es importante que todos los mensajes de correo electrónico que se envíen desde la empresa incluyan estas direcciones en la firma.

Por último, mencionaremos que existe otro nivel de promoción que es el patrocinio. En este caso nuestro mensaje estará soportado por unas páginas que son mantenidas por personas ajenas a la empresa pero que, por su temática, reciben visitantes afines al perfil definido. El patrocinio tiene la ventaja de que reduce los recursos técnicos y humanos necesarios para mantener un Web útil, reemplazándolos por una aportación económica para el mantenimiento de dicho Web. Existen muchas modalidades de patrocinio, por lo que no es posible dar una idea de costes.

 Los costes de mantenimiento

Ya hemos mencionado que el interés de un sitio Web depende de la calidad de la información que ofrece. Esta calidad ha de ser medida en dos sentidos: por una parte en la utilidad de dicha información para nuestros visitantes, que hará que se incremente el número de individuos que nos visitas, y por otra, la actualidad de la información, que ha de motivar a los visitantes a volver periódicamente. No debemos olvidar que es difícil vender algo, ya sea una idea, un producto o un servicio, a la primera, por lo que la fidelización de los visitantes debe ser un objetivo prioritario.

Es muy fácil encontrar Webs que contienen una información muy interesante pero que está obsoleta. La reacción del visitante es la de no volver. Imagine que posee una tienda de modas y en pleno mes de agosto mantiene el mismo escaparate que tenía en invierno.

Introducirse en Internet no es una acción puntual. En Internet te casas para toda la vida, si se desea tener éxito. Y ello exige una importante inversión. Hasta ahora se había invertido en poner en marcha un servicio de información. Ahora, tiene que mantenerlo vivo y las inversiones necesarias para esto igualmente importantes. Considere que mantener un sitio Web entra dentro de los gastos generales de la empresa, como el teléfono o el alquiler de la oficina.

La empresa evoluciona, los productos cambian, se abren nuevas áreas de negocio y se cierran otras, y toda esta información debe estar disponible para el visitante de Internet. Incluso en aquellos casos en que no existan novedades, habrá que ser lo suficientemente creativo para generarlas. Todo ello proyectará una imagen dinámica de la empresa, acorde con los tiempos y el medio.

Todo esto va a suponer la modificación de algunas páginas y la creación de otras nuevas, lo que implica unos costes en el desarrollo de los contenidos y de los continentes. No existe una frecuencia estándar para el cambio de los contenidos. Cada página se debe tratar de forma individualizada pero es conveniente que determinadas páginas se actualicen con períodos fijos y que dependerán de la actividad general de la empresa. Este tipo de actualizaciones marcará la pauta para que los visitantes se conecten de forma periódica con al menos esas páginas. La frecuencia de actualización se debe definir en la estrategia de comunicación porque puede condicionar las características técnicas del desarrollo.

Además de los costes de producción y edición de contenidos, se deben considerar los costes del servicio de hospedaje, que se pueden incrementar en función de la cantidad de información ofrecida y del creciente número de visitantes, sobre todo si se depende de un ISP.

 Los costes de explotación

El valor de un sitio Web aumenta en función del conocimiento que se tiene sobre las personas que lo visitan. Es muy importante aprovechar las facilidades que ofrece Internet frente a otros medios para segmentar la audiencia.

Como ya se mencionó, Internet ofrece recursos para controlar muchos aspectos de los visitantes a un sitio Web. Los servidores de Internet recogen en unos ficheros llamados log, informaciones muy importantes para determinar la cantidad y calidad de las visitas. La información es tan exhaustiva que hay que utilizar unos programas especiales, llamados Analizadores de Logs, para su análisis.

Una vez obtenida la información de una forma ordenada, hay que interpretarla y, para ello habrá que adquirir un conocimiento más profundo de cómo funcionan las cosas en Internet. En este caso, habrá que invertir en la adquisición de uno de estos programas y adiestrar a las personas encargadas de manejarlo en su uso y, lo que es más importante, en la interpretación de los datos que ofrece.

Nada de lo realizado hasta ahora tiene valor, si no se ejecuta correctamente este último paso.

 En Resumen

Los servidores en los cuales se hospedan las páginas guardan unos ficheros históricos que almacenan información sobre los visitantes (nº de visitas, páginas más visitadas, navegadores utilizados, sistemas operativos, dominios de los visitantes, palabras claves utilizadas en buscadores, días y horas de las visitas, etc.)

Esta información es de vital importancia para la evolución del Web, permitiendo tomar decisiones sobre, por ejemplo, idiomas en función de los países de origen de las visitas, ofertas específicas, tests de mercado, etc.

En su conjunto, toda la información recogida permite una toma de decisiones más precisa, correcciones más ajustadas y el diseño de nuevos caminos - o nuevas rutas -, así como la identificación y el aprovechamiento de nuevas oportunidades de mercado.

Como habrá comprobado, los costes de Internet no son algo banal. El desconocimiento del medio ha llevado a una percepción poco clara de los recursos implicados, generando grandes bolsas de costes ocultos. Estos costes ocultos podrían llevar al fracaso a un buen proyecto de implantación en Internet, bien por una pérdida de eficacia en la comunicación, bien por el agotamiento de los recursos para desarrollar el proyecto.

Nuestro mejor consejo es que aprenda, analice y estudie las posibilidades que ofrece este medio para su empresa. No dude en consultar con expertos e informarse de las experiencias de otras empresas. Utilice la tabla que le proponemos a continuación. Estamos seguros de que le será de gran ayuda.

Categoría de costes

Inversión

Decisión

 

Elaboración de la información interna

Distribución

Formación

Adquisición equipamiento informático

Contratación de accesos a Internet

Análisis de la competencia

 

Implantación

 

Desarrollo de la estrategia de comunicación

Creación de contenidos

Edición de contenidos

Registro del Nombre de Dominio

Hospedaje

      Equipamiento informático

      Software

      Personal

      Contratación de enlaces

      telemáticos

      Adecuación del local

Contratación del ISP

 

Promoción

 

Promoción externa

Alta en buscadores

Contratación de "banners"

Negociación de intercambio de enlaces

Participación en foros y chats

Patrocinio

 

Mantenimiento

 

Modificación o creación de nuevos contenidos

Edición de contenidos

Costes de ISP

 

Explotación

 

Adquisición de software

Formación

Subcontratación

 

TOTAL PROYECTO

 

 

 

  1. ¿Haría un anuncio para televisión con su cámara de video doméstica?
     
  2. ¿Haría unas páginas Web con su procesador de textos favorito?
     
  3. Primer objetivo: Eficacia
     
  4. El coste de la decisión
     
  5. Los costes de la implantación
     
  6. Los costes de la promoción
     
  7. Los costes de mantenimiento
     
  8. Los costes de explotación
     
  9. En resumen
     

 

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